En julio del 2011
lancé el libro “Desastre Ecológico de la
Cuenca Binacional Puyango-Tumbes”
como un aporte académico a la defensa de la naturaleza, el agua y la
vida. Soy parte de una generación que ha tenido el privilegio de admirar ríos,
quebradas y arroyos con aguas limpias y cristalinas. Hoy en la provincia de El
Oro y en otras del Ecuador los recursos hídricos están contaminados, producto
de las distintas actividades productivas del hombre, especialmente la minería
que -a pretexto de generar procesos dinámicos de generación de empleo y
crecimiento económico- está destruyendo la naturaleza, causando una degradación
ambiental que ya están pagando las actuales generaciones y será aún más
desastroso en pocos años más si no tomamos conciencia de esta realidad. Por
ello a través de este medio digital voy a difundir la mayoría de capítulos para
conocimiento de mis amigos y de quienes en diferentes partes del mundo
defienden los derechos de la naturaleza.
La Cuenca Binacional Puyango Tumbes no soporta más impactos.
Está degradada. Son culpables autoridades de turno en Ecuador que en su momento
otorgaron permisos para instalar molinos y plantas de cianuración en las
orillas de los ríos Calera y Amarillo que han contaminado sus aguas. Hay
pruebas irrefutables de monitoreos e investigaciones que demuestran el grado de
contaminación de la Cuenca. Solo en la zona urbana de Portovelo se está
utilizando un promedio de 2.2 toneladas diarias de cianuro (cifras del 2007)
para la recuperación del oro, lo que representa 820.5 toneladas anuales de este
mortal tóxico. Esta cantidad se habría duplicado. En las últimas semanas del
2011 el Viceministro de Minas del Ecuador, Federico Auquilla ha “prometido” que
se descontaminarán las aguas de los dos ríos, promesa descabellada que será
imposible de cumplirle, por lo cual le tomaremos la palabra.
Cordialmente,
Aldo Valarezo Sánchez
Cordialmente,
Aldo Valarezo Sánchez
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