lunes, 18 de octubre de 2010

ACTIVIDADES MINERAS AMENAZAN BIODIVERSIDAD DE “CERRO AZUL”

Lavadero de oro aluvial en la quebrada “Las Cangrejas”, en pleno Valle Hermoso.
Esta es la quebrada que provee de agua a Valle Hermosa, prácticamente sin agua.
Graves impactos están afectando la cuenca hidrográfica del rio Santa Rosa.
    Decenas de vertientes nacen en Cerro Azul, las que 
   dan origen a los ríos de la cuenca hidrográfica Santa Rosa.
Grandes árboles aún se puede ver en las faldas de Cerro Azul.

Santa Rosa.  En peligro agua potable de comuna de Valle Hermoso

Santa Rosa.- Las actividades mineras están arrasando con la naturaleza y causando un grave impacto ambiental de impredecibles consecuencias. La cordillera de Cerro Azul donde se funden límites de Santa Rosa, Atahualpa, Pasaje e incluso Chilla en estos precisos momentos han enfilado los intereses mineros en busca de oro.  Cerro Azul (1.300 msnm) es una formación en donde aún han quedado alrededor de unas 500 hectáreas de una tupida naturaleza (bosques primarios) en medio de neblina permanente y lloviznas; pájaros exóticos; guantas, cerdo de monte, guatusas, monos y hasta felinos.
De Cerro Azul, en todo su contorno, se observan decenas de pequeñas vertientes que son el nacimiento de la red hidrográfica de Santa Rosa y Pasaje, al igual que de otros cerros como La Chilca, El Guayabo, Sabayán, los mismos que son parte de las estribaciones de la  Cordillera Dumarí. Ríos como Caluguro que tiene de afluentes el río Chico, Birón, Buenavista, Río Negro, San Agustín y otros se forman a partir de las fuentes que nacen de esta zona.

TALA DE BOSQUES Y
ACTIVIDADES MINERAS
La cuenca hidrográfica del río Santa Rosa desde la década del cuarenta hasta el noventa sufrió una indiscriminada tala de árboles aupados por la Ley de Reforma Agraria y Colonización que terminó con cientos de hectáreas de bosque nativo, al que le sacaron provecho con la venta de madera los habitantes de la cuenca baja.  Desde fines de la década del setenta se despertó el interés minero.
Miguel Romero Barragán arribó en la década del sesenta desde Loja cuando todas las lomas estaban llenas de grandes árboles. Vive en Valle Hermoso, la población más cercana al Cerro Azul. Recuerda que uno de los primeros mineros que instaló sus trabajos fue un señor Bravo (+) al pie del cerro “Las Cangrejas”.  Posteriormente se instalaron otros trabajos. La quebrada del mismo nombre actualmente soporta altos índices de contaminación que se agrava con trabajos mineros artesanales que con zarandas buscan el preciado metal a lo largo de su cauce, uno de ellos en el mismo pueblo de Valle Hermoso.
Don Heliberto Romero Asanza, un zarumeño que tiene su finca a 400 metros de la cima del Cerro Azul, rememora cuando en la quebrada “Las Cangrejas” la gente pescaba gran cantidad de camarón y raspa que les servía para su alimentación.  Ahora no se ve el camarón, solo unos pequeños peces.  En cuanto a la raspa esta especie está contaminada y enferma.  Las pocas que se encuentran sufren de “coscoja” en la opinión no científica de Juan Flores, propietario de una camioneta que hace fletes desde Santa Rosa hasta Valle Hermoso.

CONCESIONARIOS COMPRAN
TIERRAS DEL CERRO
Se conoce que en estos últimos años concesionarios mineros han comprado grandes extensiones de territorio de las faldas de Cerro Azul en el lado norte, donde están bosques vírgenes, con el solapado interés de explotar su subsuelo. Al parecer no lo han hecho por la oposición de ganaderos de la zona, y además por la movilización de moradores de Valle Hermoso que captan el agua para consumo humano de una de las quebradas que nacen en el Cerro. Al parecer esos los ha detenido ¿Pero hasta cuándo?  Si se inicia exploración y explotación minera en la zona se perderán dichos bosques y se secarán las vertientes como ya está ocurriendo en la zona rural de Zaruma, Portovelo, Atahualpa y Piñas.
NUEVOS TRABAJOS
MINEROS
A pocos metros de donde se capta el agua para Valle Hermoso se observa ya un precario trabajo minero a unos 200 metros de la base del cerro “Pambilal” que es parte de la formación geológica de Cerro Azul.  Esto sin duda sería gravísimo para la población porque podría secarse esta vertiente, y además porque las actividades mineras contaminan el agua y el medio ambiente con lo cual también se incrementará el proceso de degradación ambiental que ya está afectando a la parroquia Bellamaría y a población de Santa Rosa.
Entre los pequeños cerros de “Las Cangrejas” y “Pan de Azúcar” también se observan una caseta y apertura de camino para trabajos mineros.  No se conoce si ya estarán abriendo algún frontón, trabajo que le tocaría investigar al Ministerio del Ambiente y la Dirección del Medio Ambiente del Consejo Provincial de El Oro.
Por el lado de los cerros de Birón hay trabajos mineros desde hace años que ya han causado un grave impacto ambiental que es reseñado continuamente por los medios de comunicación de la provincia y el país. Además, la explotación de canteras para extraer material pétreo, remoción de  bancos de arena de lavaderos de oro están dejando un panorama desolador en los cauces de los ríos de toda la cuenca hidrográfica de Santa Rosa.

CONFLICTO DE
INTERESES
Lo grave es que hay intereses mineros en las mismas autoridades cantonales, parroquiales, comunales, provinciales y nacionales lo cual les impediría velar por un ambiente sano y libre de contaminación, es decir hay conflicto de intereses como ocurre en los cantones de Portovelo, Zaruma y Atahualpa.
Es hora que las autoridades de control como son los ministerios del  Ambiente y Recursos no Renovables; el mismo Consejo Provincial que también tiene competencias sobre medio ambiente hagan cumplir la Ley y sanciones drásticamente para quienes depredan la naturaleza en contra del bienestar de toda la población. No puede ser posible que un grupo pequeño de empresarios mineros que contratan mano de obra estén perjudicando la salud de 600 mil habitantes de la provincia de El Oro porque la fiebre del oro se ha desatado en todos  los cantones, inclusive en las altas cumbres de la parroquia Guanazán.